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miércoles, 21 de octubre de 2009

´Que te llamen bajito aquí es un honor´




«Que si soy bajo... Es la broma típica. La que me hacen todos, pero no soy el único bajito de la plantilla, ¡eh!» se defiende el catalán entre risas.

Así es. Jordi Alba pide paso con la ilusión de convertirse en el quinto ´bajito´ del Valencia mirándose en el espejo de Villa, Silva, Pablo y, sobre todo, de Mata. Joven, interior izquierdo, sin minutos al principio, etc.

El asturiano le ha enseñado el camino para triunfar y ahora está a punto de darle la alternativa.

Mañana es el gran día de Jordi.

El día de su debut en Mestalla. El día que siempre había soñado. Besará la estampa de la Virgen de la Cabeza, la foto de su abuelo, dará tres saltitos antes de empezar el partido ante el Slavia y cumplirá su sueño. Y pensar que el Barcelona lo descartó por su altura...

—Ha llegado la hora de Jordi Alba.

—Ya tenía muchas ganas de que me llegara una oportunidad como esta. A todos nos gusta participar y ayudar al equipo. El sábado tuve que ver el partido contra el Barça en el banquillo. Son decisiones del míster. Yo seguiré trabajando igual para que llegue mi momento.

—Por unas cosas o por otras aún no había llegado ese momento.

—Sí, tuve la mala suerte de la lesión en pretemporada cuando las cosas iban bien y cuando empecé a entrar en el equipo me tuve que marchar con la selección española al Mundial sub´20. Yo ahora estoy centrado en el Valencia y con muchas ganas de jugar y, sobre todo, de debutar en Mestalla.

—¿Cómo puede ser que aún no haya debutado en Mestalla?

—(Ríe) Ha sido un poco de mala suerte. Cumplí el sueño de debutar en Primera División contra el Valladolid, luego también me estrené en Europa contra el Lille en Francia, pero... ¡aún no he pisado el césped de Mestalla! Bueno, sólo para los entrenamientos. Pero, claro, no es lo mismo.

—¿Cómo se imagina ese momento de saltar al campo y jugar delante de su afición?

—Tiene que ser algo muy especial. Debutar en Primera fue bonito, pero hacerlo en casa, en un campo como Mestalla y delante de nuestros aficionados debe ser para vivirlo. Debe ser un orgullo. Por mucho que te cuenten, tengo muchas ganas de vivir esa experiencia.

—Ganas, ganas, ganas.. No para de repetir esa palabra todo el rato. ¿Ahora mismo alguien le gana en hambre dentro del vestuario?

—A ganas me ganarían pocos, pero no lo sé. Es que es lo que siento, de verdad. Llevo muchos años luchando por verme ahí arriba. Me ha costado mucho, no es fácil.

—¿Se lo habría imaginado hace dos años cuando estaba en la escuela?

—Ha sido todo muy rápido. En dos años he pasado del juvenil, al filial, a irme cedido al Nàstic en Segunda, a volver al primer equipo y ahora a tener la oportunidad de debutar en Mestalla. Es un sueño que tengo ganas de cumplir.

—¿No se sentirá jugador del primer equipo hasta que no lo cumpla?

—Sí que se siente, porque te sientes uno más desde que empiezas a entrenar, a compartir vestuario... Pero sí que es verdad que necesitas jugar y sentirte participe del equipo y si es en Mestalla mejor. Debuté en Primera y tengo que ir paso a paso para consolidarme e ir cumpliendo poco a poco mis objetivos.

—¿Ya le ha dicho algo Emery o todavía no le ha dado pistas?

—No, no me ha dicho nada.

—¿Alguna superstición especial para su estreno en Mestalla?

—Pues... alguna superstición sí que tengo. Antes del partido besaré una foto de mi abuelo que falleció hace poco y una estampa de la Virgen de la Cabeza. Seguro que están orgullosos de mí que me dan suerte. Luego en el campo, doy tres saltitos antes de empezar la primera parte y cuatro saltitos antes de la segunda parte.

—¿Ya ha movido a su gente para que le vea debutar en Mestalla?

—¡He tenido mala suerte de que caiga el partido entre semana! Porque muchos están trabajando, el partido acaba tarde y es casi imposible que vengan. Aun así, a lo mejor viene mi madre.

—Hablando de fútbol puro y duro. ¿Cómo se imagina el partido?

—Pues seguro que difícil. El Slavia a priori es inferior a nosotros, pero si está en Europa es porque tiene potencial. Sabemos que con la plantilla que tenemos les podemos ganar, pero seguro que nos puede complicar, así que tendremos que ir con mucho cuidado.

—¿Jugando como contra el Barcelona se gana seguro, no?

—El equipo estuvo muy bien. Hicimos todo lo que había que hacer para ganar al Barcelona. Tuvimos más ocasiones, supimos frenarles, pero cada partido es diferente. Ahora quizás nos toque atacar más y defender menos.

—¿Qué le dijeron sus amigos del Barça? ¿Con quién habló más?

—Con Bojan y Busquets. Coincidí con ellos en el Barcelona y son con los que mantengo más relación. Los saludé al principio del partido y también después. Ellos también esperan que juegue más.

—Los minutos le están costando más, pero su integración en el vestuario ha sido muy rápida.

—Estoy muy contento. Desde el primer día mis compañeros me han acogido muy bien. Yo también he intentado hacerme al equipo. No me puedo quejar. También es verdad que yo tenía esa ventaja de ya haber estado aquí y soy un chaval que me gusta gastar bromas y hablar de cachondeo.

—Las hace, pero también le llueven las bromas por bajito...

—Sí, es la broma típica. La que me hacen todos, pero no soy el único bajito de la plantilla. Y en este equipo que te llamen así es un honor.

—Es joven, juega también en el interior izquierdo y muchas veces está a su lado, Juan Mata.

—Mata es un gran jugador y es un espejo donde mirarme, está claro. Él llegó muy joven al Valencia también, no jugaba al principio y luego Koeman apostó por él y mira hasta donde ha llegado y mira la edad que tiene. Se aprende mucho al lado de un futbolista como él y como tantos otros del vestuario.

—El también cayó eliminado en su Mundial Sub´ 20. ¿Llegó a seguir el campeonato o se desentendió?

—¡Qué va! volvimos tan fastidiados de Egipto porque pensábamos que íbamos a llegar lejos que pasé del tema. Me enteré de que lo había ganado Ghana, no vi nada.

—¿No ve fútbol por la televisión?

—No mucho, prefiero jugar en el campo. Me gusta descansar en casa. Todos me dicen que soy un dormilón. El tiempo libre lo aprovecho para irme con mis amigos. La mala suerte que tengo es que me gusta practicar deportes, pero los tengo prohibidos. Es una pena.

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